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El abuelo punk incursionó en la red. Instruido por un nieto suyo amante de los wachiturros, el abuelo punk aprendió a chatear y convivir en el mundo digital con toda la fauna rara que existe ahí. Aprendió mucho sobre los memes y el porno, y algo sobre buscar en páginas webs también. Luego de un tiempo de tener el culo apretado y los huevos acalambrados se dio cuenta de su encierro y extrañó los viejos tiempos, cuando la verdad se buscaba moviéndose.